viernes, 22 de febrero de 2013

FLORA DE LA JAROSA

  Después de una buena otoñada, y cuando las lluvias primaverales hacen acto de presencia, el tapiz verde que cubre el suelo comienza a adornarse con una alfombra infinita de variados colores que dan una nota característica a lomas y cerros, sobre todo, cuando el crecimiento de las plantas le gana la partida a la voraz lengua de los animales.
  Debido, tanto a la superficie como a la orografía de la finca, lo que configura distintas exposiciones, altitudes, suelos, etc., en La Jarosa se pueden encontrar una variedad notable de  pequeños hábitats, siendo colonizado cada uno de estos microespacios por especies con requerimientos diferentes, convirtiendo este territorio en un auténtico mosaico vegetal cuando las condiciones son favorables.
  Aunque la presencia en la finca de encinas, alcornoques o acebuches, es mayoritaria sin lugar a dudas, en este post solo se hará referencia a plantas vasculares angiospermas arbustivas y herbáceas, es decir plantas superiores con flores que no son árboles, mostrando solo aquellas que por su rareza o belleza puedan ser consideradas especialmente singulares.

  La aulaga o abulaga (Genista hirsuta), es una leguminosa muy abundante en la finca que ocupa grandes extensiones asociadas a suelos escasos y con exposición de solana. Es una especie que revela la existencia de suelos con abundancia de ganado y que han sido deforestados o degradados en exceso.

   
La dedalera (Digitalis purpurea) se encuentra normalmente en claros de bosques, márgenes de caminos y taludes, terraplenes, etc., y casi siempre en terrenos húmedos y silícicos. En la Jarosa se localiza una población estable en “Los Cos” y la “Umbría del Quejigal”.
 
El rábano silvestre (Raphanus raphanistrum) es una especie que crece asociada a bordes de caminos, sendas o veredas. Suele encontrase con cierta frecuencia en aquellos espacios en los que se halla al amparo del acoso del ganado.

La argamula o viborera (Echium vulgare) es muy abundante en la finca, donde forma parte de los extensos pastizales primaverales. En los años favorables tiñe el territorio con su característico color morado. Especie clave para las poblaciones apícolas.

  El aro (Arum italicum) vive en zonas frescas. Era frecuente en los antiguos veguetones de la rivera, hoy ocultos bajo las aguas del pantano. Con suerte, en la actualidad puede observarse en las “alamedas” formadas en el Guanagil alto. La planta y especialmente los frutos, son venenosos.

La colleja colorada (Silene colorata) es una planta anual que puede llegar a sobrepasar el medio metro de altura. En La Jarosa la he podido ver en floración desde finales del mes de enero y principios de febrero, hasta el final de primavera, sobre todo en las cunetas de la carretera.

A la cebolla albarrana (Urginea maritima) se le puede encontrar repartida a lo largo de toda la finca. Presenta la particularidad de que florece al final del verano, en torno al mes de septiembre, y suele ser confundida en este periodo con el gamón.

El cardo (Galactites tomentosa) es una especie presente en herbazales nitrificados sobre suelos secos y con exposición de solana. Debido a estos requerimientos, en la Jarosa es muy frecuente en “Cañajerrá”, “Cuernavacas”, las caras de la “Ciñuela” o en las solanas de “Dos Hermanas” o “Los Naranjos”.

La borraja (Borago officinalis) es una planta que prolifera en suelos donde abundan los restos orgánicos. En La Jarosa suele verse con frecuencia en los bordes de los corrales, en los majadales y en los laterales de la carretera.

En La Jarosa, el gladiolo (Gadiolus illyricus), se encuentra asociado a zonas de matorral, aprovechando los claros con suelos frescos. Solo he podido localizar una población estable en la finca, concretamente en la “Umbría del Quejigal”.

  Muy abundante en La Jarosa, la adelfa (Nerium oleander) es una especie que forma parte del estrato arbustivo de la vegetación de riberas y cauces. Florece en el verano y adorna el paisaje con verdaderas arterias de color rosáceo que destacan en medio del secarral estival.

Especie de prados húmedos, donde puede llegar a formar amplias extensiones, el narciso blanco (Narcissus papyraceus), florece a finales de otoño e invierno. En la Jarosa, y siempre asociado a zonas que conserven un grado mínimo de humedad, se le puede encontrar repartida por toda la finca. 

La peonia o rosa alabardera (Paeonia broteri), aparece en zonas umbrosas como sotobosque de robledales, alcornocales, quejigares, encinares y bosques de ribera. En La Jarosa solo la he localizado en la “Umbría del Quejigal”, en rodales muy puntuales.

La amapola (Papaver rhoeas) es una planta ruderal que se ha asociado a la agricultura desde épocas antiguas. En La Jarosa puede verse sobre en las cunetas de la carretera cuando estas se encuentran protegidas del pastoreo abusivo del ganado.

 
Las lágrimas de la virgen o cascabelitos (Briza maxima), es una gramínea que en la finca se localiza en bordes de caminos y veredas, o bien formando parte de las extensas praderas primaverales.